Josu Onaindi Buruaga*
Con esta frase quisiera definir mi posición sobre la situación política que estamos viviendo en Euskadi en este momento. Creo que merece la pena explorar esta nueva situación y conseguir el objetivo que todos los demócratas nos hemos marcado conseguir la paz y la normalización democrática.
El objetivo de conseguir la paz con el reconocimiento a todas las victimas que estos años han sufrido las consecuencias de esta violencia durante tanto tiempo, es algo que la sociedad vasca aspira y tiene derecho a conseguir. Es obligatorio reconocer el papel que estas víctimas han tenido durante estos años, al no haber tenido un ánimo de revancha hacia sus agresores.
La sociedad vasca durante estos años ha avanzado hacia la deslegitimación del terrorismo de una forma continua y sin desmayo, no siempre con suficiente unidad de los partidos políticos, pero no creo que nadie pueda dudar de la posición de los partidos democráticos ante la violencia.
Pero ahora estamos ante un escenario nuevo y que nunca habíamos conocido, por una parte acabar con ETA y por otra la posibilidad de incorporar al sistema democrático a un sector importante de la sociedad vasca (15-20%) que hasta ahora ha estado fuera del Estado de Derecho. No se trata de olvidar lo que ha sido el terrorismo y sus consecuencias sobre las víctimas, ni estamos hablando de una amnistía que olvide esta situación. Estamos ante una posibilidad de incorporar por primera vez a la Izquierda Abertzale al sistema democrático de un Estado de Derecho. El Estado de Derecho también tiene que ser lo suficientemente inteligente, propiciando la participación de estos sectores que hasta este momento han estado fuera de él. El Estado de Derecho se legitima aplicando la ley de una forma equilibrada y justa, no dejándose llevar por posiciones que lo ponen en entredicho.
La legalización de la Izquierda Abertzale es un paso importante para la legitimación del Estado de Derecho y por lo tanto los pasos que se han de dar tienen que ser desde el respeto de los derechos que como ciudadanos les corresponden. No se pueden confundir los derechos de los ciudadanos a título individual con las responsabilidades que pueden corresponder a un partido político. No sería bueno que uno de los ejes fundamentales del Estado de Derecho que es el Poder Judicial quedara cuestionado por una sentencias que poco tendrían que ver con los valores ciudadanos de un Estado de Derecho. Los derechos de los ciudadanos no pueden ser cercenados si no hay una vulneración de la ley de una forma fehaciente.
Pero tan importante como la legalización de la Izquierda Abertzale, son las consecuencias que esta decisión tendrá en el futuro de para la sociedad vasca.
En primer lugar supone la ruptura entre el la Izquierda Abertzale y ETA, al imponerse los sectores que están por el abandono de la violencia frente a los que quieren continuar con el terrorismo. En la medida que la política se consolide frente a las posiciones más militaristas, estamos poniendo las bases para esta nueva época. El desarrollo de los acontecimientos no serán fáciles y habrá momentos difíciles durante este tiempo. Por desgracia después de tantos años de terrorismo, los pasos no van a ser fáciles, y por lo tanto, los pasos que se den desde el Estado de Derecho tienen que facilitar este periodo de transición.
También, pude suponer una clarificación en el panorama político vasco la presencia de la Izquierda Abertzale como formación política legal, lo que obligara a clarificar el confuso panorama de los partidos políticos nacionalistas en sus diferentes versiones, a definir sus políticas y sus estrategias.
Creo que por estas razones y por algunas mas, merece la pena que el tan cacareado Estado de Derecho, de muestras de su consistencia democrática, y apueste por el futuro, y no se deje llevar por unas posiciones que más tienen que ver con el pasado que con el futuro. Necesitamos a todos para consolidarlo, y avanzar cada día en el objetivo de conseguir un país más libre y democrático.
* Ex secretari general de CCOO de Euskadi
Publicat a nuevatribuna.es , 1 maig 2011
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